Llamada al marido
Los raptores obligaron a la mujer -que tiene unos 35 años y es de nacionalidad rusa- a que telefoneara a su marido, un importante empresario que reside en San Petersburgo. En esa llamada, le explicó que unos hombres las tenían secuestradas y que exigían dos millones de euros por el rescate.
La Guardia Civil tuvo conocimiento de los hechos gracias a un amigo de la familia, que avisó a los agentes del posible secuestro de las víctimas. Los investigadores empezaron a trabajar contra reloj. El plazo era corto: el tiempo que el marido invirtiera en reunir el dinero y volar de Rusia a España para abonar o negociar el precio del rescate.
La Comandancia de la Guardia Civil de Málaga se volcó en el caso. La Unidad de Policía Judicial al completo -cerca de cuarenta agentes- se puso a trabajar en el asunto. Ante la sospecha de que los delincuentes pudieran ser de la misma nacionalidad, los investigadores rastrearon numerosos vehículos de posibles sospechosos por si alguno de ellos les conducía hasta los secuestradores.
Después de casi 48 horas de trabajo ininterrumpido, los agentes de la Benemérita localizaron en la zona de Sabinillas, en Manilva, el piso en el que podían estar retenidas madre e hija.
Operación de rescate
La entrada se efectuó sobre las dos de la madrugada del viernes al sábado. Dentro, los guardias civiles encontraron a las víctimas sanas y salvas. La madre llegó a estar maniatada, pero la pequeña no llegó a ser del todo consciente de la situación. Al parecer, la tuvieron engañada para que no descubriera que estaban secuestradas.
Según informó ayer la Subdelegación del Gobierno, la operación de rescate se saldó con la detención de dos presuntos secuestradores que fueron sorprendidos en el inmueble. Los investigadores del Instituto Armado manejan la tesis de que los arrestados pertenecen a una banda de delincuentes y que detrás del secuestro hay una mafia rusa.
Fuente: Diario Sur