Como apuntaba la primera edil, este rincón se ubica en la entrada a la localidad, concretamente se trata de una zona de unos 50 metros cuadrados en calle Jimena y Ocaña. La edificación que existe en la actualidad supone una especie de tapón para el visitante ya que impide la visión completa de la calle y hace muy difícil el giro para los vehículos.
Además, se presupone que en esa zona puede haber restos ocultos de alguna torre vigía medieval, por lo que se realizarán algunas catas para averiguar este extremo.
Según ha informado la alcaldesa, en el caso de que efectivamente aparezcan restos, el proyecto redactado por la arquitecta Mari Carmen Herrero contempla la rehabilitación de los mismos para incorporarlos al patrimonio histórico municipal. El entorno se embellecería con diversos elementos ornamentales de manera que se marcara la diferencia con la zona asfaltada del acceso al casco antiguo.
En el caso de que no se hallen restos de valor, se demolería la edificación existente corrigiendo la alineación para que sea más fácil la entrada al casco antiguo y se construirá una plaza mirador. La ejecución de este proyecto, cuyo plazo previsto es de unos siete meses, tendrá un coste cercano a los 200.000 euros.