Todos los pueblos, barrios o rincones, tienen su pequeño tesoro, su tradición imborrable, la más grande, la que no se puede tocar. En San Luis de Sabinillas, tenemos nuestro San Juan.
La celebración del solsticio de verano, es tan antigua como la humanidad. Los primitivos, se purificaban junto al fuego en medio de rituales paganos, aunque con el tiempo, se cristianizó la fiesta, señalando el día propicio, el de San Juan.
Juan Oliva Rondón (1960), uno de los protagonistas de esta noche, nació en la mismísima colonia de Sabinillas mientras su padre se dejaba las manos de temporero en los campos de Francia.
Por ser hijo de trabajadora en la colonia, estudió los primeros cursos con las monjas, hasta que hizo la primera comunión y pasó al colegio público.
Ya con 13 ó 14 años, combinaba la escuela con el trabajo que consiguió con la familia Recio. Aunque hay quien recuerda, cuando con 3 o 4 años, y con la medialengua, fue a pedirle trabajo a Maria Gil. Lo mismo se hacía unas camas en la pensión, que se descargaba un camión de refrescos. Y ya, desde la pubertad , el gusanillo de la creatividad, le fue creciendo dentro.
Al principio, fueron unos muñecos hechos de trapo, de cualquier manera. “Los hacíamos por la tarde y por la noche los quemábamos”, nos cuenta. Y aquello fue derivando cada vez a más.
Juan, fue creciendo, y también su ansia de crear. Tuvo la suerte de conocer como tantos vecinos a un amor de verano. De aquellas muchachas que llegaban de paso, se quedaban prendadas de Sabinillas y como no, de algún sabinillero. Lo que pasa, es que Juan contaba con ventaja, era el pinchadiscos de la discoteca Manisabi (así, cualquiera…tiempos aquellos) en los que la madrileña Isabel Freire, apareció en su vida y entre cartas y cartas, se quedó entre nosotros, para ser la compañera inseparable de Juan, tanto en su vida, como en la creatividad. “Ella es la que mas me ayuda”, insiste.
Sus figuras, iban tomando forma y perfección año tras año, aun a pesar de las horas que le dedicaba a su trabajo en la hostelería y sin conseguir ningún lucro con ello , hasta que alguien se dio cuenta de que cada año, venían mas visitantes de fuera, y mas, y mas. No existe en toda la Costa del Sol, un San Juan más impresionante que el que disfrutamos aquí, pero..
¿Donde aprende uno a hacer estas maravillas?
La verdad, es que yo lo aprendí por pura creatividad. Nunca he tomado clases. Es instintivo. Esporádico. Me surge la idea y la plasmo. Siempre he sido autodidacta. Incluso cuando se me han presentado proyectos, como el de la fuente del Parque del Duque, lo voy modificando según lo veo y al final resulta, como en dicha fuente, que no se parece en nada el resultado final al proyecto que me han sugerido. Para que a mi me salga algo bien, tengo que dejar volar mi imaginación.
¿Cuando se hicieron mayores aquellos muñecos de trapo?
Pues fue en el 96. Alguien se dio cuenta de que aquello se hacía muy popular, crecía en visitantes, y que había que aprovecharlo, por lo que desde el Ayuntamiento se consideró que había que profesionalizar el trabajo y me solicitaron el primer encargo. Al principio lo hacía como particular, solo por pura diversión y entretenimiento con los pocos medios de los que disponía (palets viejos, trapos…), tras los primeros encargos se pudieron ir mejorando muchísimo, hasta que el ayuntamiento me ofreció la posibilidad de entrar en plantilla para hacerme cargo de San Juan, así como de distintos proyectos y puestas en escena, como la cabalgata de reyes, escenarios, carnavales, momento en el cual nos encontramos y que cada año se intenta mejorar al anterior. Al ayuntamiento de Casares se los hice durante tres años también.
Hay manilveños que piensan, que es una pena quemar algo tan bonito. Usted que siente.
Yo esa noche, intento pasar desapercibido. Me suelo poner mas o menos donde el Restaurante Manolo. Lo vemos como meros espectadores. Me invitan a estar con la comitiva, pero prefiero no participar en la quema, y la verdad, es que siento pena. Pero eso es así. Tan solo pido que no le metan tanta leña, para que se consuma más lentamente, porque opino, que se hace demasiado rápido. Este año viene mucha gente de los míos a verlo. Incluso viene mi hermano de riñón, que es como yo le llamo.
Quien se encarga de elegir el tema.
Salvo un año que fue por encargo con un tema en particular y que curiosamente fue la que me salió peor (Venus, la Diosa del Mar), el resto son de mi creación. Todo lo que se impone, no tiene el mismo resultado que lo que surge de forma espontanea.
Suelo apostar por dos ideas. Las voy trabajando y al final me decido por una.
Aproximadamente en Mayo, empiezo a darle vueltas a la cabeza para intentar superar la creación realizada el año anterior. Mi mujer me ayuda mucho, y no desvelo el secreto hasta una semana antes de la quema. Aunque este año, nos hemos retrasado un poco por los acontecimientos.
Al principio eran motivos marineros…y mira, a lo mejor el año que viene retomo el tema, lo que nunca quemaré es la figura de alguien conocido de aquí. Y eso que me lo han propuesto.
Si pudiera re-hacer con sus manos algún rincón perdido en Manilva…
Sería la iglesia de Sabinillas, sin duda. Dicen que la quieren ampliar. Que la amplíen si quieren, para mi ya la destrozaron con lo que hicieron. Recuerdo que veníamos mi mujer y yo de Madrid cuando nos encontramos aquello. Sentí mucha pena. Yo había sido monaguillo. Era el encargado de tocar la campana. Recuerdo especialmente el retablo,… pero lo que hay ahora, no tiene nada que ver con lo que era. Le han quitado el encanto. Con el espacio que había en Sabinillas, podían haberla hecho en otro lado y haber dejado esta como estaba. En Sabinillas, precisamente, queda muy poco antiguo.
¿y el presupuesto?
El presupuesto es menor de lo que la gente opina, teniendo en cuenta la cantidad de asistentes y de lo que eso supone sobre todo para los hosteleros.
Siempre procuro ajustarme al presupuesto, comprado restos de piezas de tela aquí y allá. Incluso en el rastro de Madrid estuve regateando por unos rollos de tela. Los ingredientes son principalmente, madera, palos, cinta de embalar, harina y agua. No es un presupuesto elevado.
Hay que tener en cuenta que se calcula entre unos 6.000 y 7.000 asistentes esa noche, con algunas puntas más elevadas y pienso que si estuviese el aparcamiento del Pabellón finalizado esa cifra aumentaría considerablemente. Este aparcamiento será muy importante para días como estos y abrirá nuevas posibilidades en Sabinillas como por ejemplo la recuperación del rastro de los Domingos.
En resumen ¿cómo ha sido el año para Juan Oliva?
El año ha tenido un poco de todo, actualmente me encuentro de baja por una operación que me han realizado de la que afortunadamente me estoy recuperando y aunque los médicos me han mandado reposo, no puedo dejar de colaborar para que este año la tradición se mantenga intacta y mi trabajo sea el punto de todas las miradas en esta noche tan especial para mí.
Recientemente estuve en Valencia con mi mujer. En las fallas. Ese viaje me ha abierto la mente, he Ir a las fallas para alguien como yo es como ir a La Meca para un musulmán. He aprendido nuevas técnicas y materiales, algunos de los cuales ya los he utilizado para las caracterizaciones de este año en la que tendremos algunas sorpresas.
El resumen general del año se va a ver compensado con creces y en positivo ya que no hacen a uno abuelo todos los años y estoy convencido que todo lo negativo se olvidará muy pronto.
Se nos pasan las horas mirando fotos de las que Juan guarda con cariño y nos revela que en más de una ocasión se sienta a recordar todas sus creaciones que junto a su esposa, han hecho cambiar sin percatarse, el pasado de este pueblo que hoy en día es mucho más conocido por sus inolvidables Noches de San Juan.
Teníamos la duda de sonsacarle o no, el tema del presente San Juan. En este punto de la conversación, tenemos muchas ganas de conocer la puesta en escena de este año pero hemos preferido seguir disfrutando del gusanillo de la curiosidad sin querer entrar en muchos detalles.
Este año, miles de personas, volverán a admirar un trabajo bien hecho. Rodearemos ingenuamente como todos los años, esta maravilla, y como todos los años, nos estremeceremos ante la luz y el calor de la gran hoguera.
Del Fuego, que según nuestros antepasados, devora los malos espíritus, consume nuestros demonios y renueva las ilusiones.
Que así sea.
Manilveños, …Viva San Juan!!! nos vemos el jueves 23 por la noche en la playa de Sabinillas.
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