Manilva es una joya a veces desconocida, a veces perdida en el horizonte de lo lejano dentro de la Costa del Sol. El municipio está jalonado por suaves lomas que permiten asomarse al mar desde cualquier posición. Manilva conserva playas vírgenes y atesora un innegable potencial turístico, sobre todo en material cultural. De hecho, el emblemático yacimiento arqueólogo de Los Castillejos de Alcorrín no tiene parangón en toda Andalucía. Sin embargo, este futuro alentador se está viendo seriamente comprometido por la inacción y la incompetencia de un equipo de gobierno conformado por IU y ASM.
Cada mes, los 600 trabajadores que tiene el Ayuntamiento cruzan los dedos para que el retraso en el pago de sus nóminas no sea superior a quince días. El equipo de gobierno de la alcaldesa cumple sistemáticamente tarde sus obligaciones con la plantilla. Y eso que pocos más asuntos tiene entre manos, aquejada de un inmovilismo que tiene castigado al municipio sin proyectos de futuro, sin planes, sin ideas.
Los 12.000 habitantes de Manilva son las verdaderas víctimas del caos y la pasividad de un equipo de gobierno cuyo máximo horizonte es seguir gobernando al precio que sea. La gota que ha colmado el vaso ha sido la de la privatización del servicio del agua. Tras el dictamen de la mesa de contratación, que había evaluado con criterios técnicos y económicos las diferentes ofertas, el Ayuntamiento decidió adjudicar el servicio a otra empresa distinta. La concurrente perjudicada denunció el asunto y el PSOE presentó un recurso. Días después, el equipo de gobierno deshacía lo hecho y anulaba el concurso, que ahora está en el aire, pero sigue ofreciendo serias dudas. ¿Qué clase de asunto turbio flota en las aguas municipales? Manilva se merece otro equipo, otras ilusiones, un Ayuntamiento que no sirva para prometer puestos de trabajo a cambio de votos.
Manilva debe olvidarse del clientelismo electoral para mirar al futuro desde esas lomas que muestran el luminoso Mediterráneo.
Diego José Jiménez Quirós Secretario General del PSOE de / Manilva
Fuente: Cartas al Director / La opinión de Málaga