El último agente detenido fue apresado por la Policía el pasado miércoles dentro de otro operativo antidroga que se dio a conocer a finales de abril. La banda desarticulada estaba asentada entre Sotogrande (San Roque) y la localidad malagueña de Manilva. En dicha población está destinado el guardia civil detenido. Según fuentes policiales, el funcionario se encargaba de avisar a los narcos del momento idóneo para introducir los alijos y si había presencia policial les alertaba para que abortaran la operación. Las mismas fuentes explicaron que utilizaba un método muy simple para lanzar sus avisos: mandaba señales con las luces de su coche.
Sin embargo, en la jornada que eligió el Greco Cádiz para aprehender un cargamento que la banda tenía previsto introducir en Estepona, al agente no le dio tiempo a alertar a los traficantes. La Policía, con ayuda de Vigilancia Aduanera, los esperó en la playa de El Saladillo (Estepona). Cuando la embarcación, cargada con la droga, tomó tierra y comenzó la descarga de los fardos de hachís, los agentes cortaron los accesos a la playa. Al verse sorprendidos, los integrantes del grupo que participaban en el alijo intentaron huir por los alrededores, pero fueron finalmente detenidos.
La neumática transportaba 1.970 kilos de hachís. Ese día fueron arrestadas trece personas, a las que se les suma el agente y otra persona más que también fue detenida el miércoles.
Fuente: lavozdigital.com