Desde que la alta dirección de Unicaja anunciara, sin ningún tipo de posibilidad de negociación ni margen de maniobra por parte del Ayuntamiento, el cierre de la oficina de Manilva pueblo, el alcalde, Mario Jiménez, ha tratado por todos los medios que los vecinos y vecinas no se quedaran sin el servicio del único banco que existe.
Sin tener en cuenta que hay un volumen de población mayor que necesita realizar consultas y gestiones, organizar sus ahorros y ser aconsejados sobre sus cuentas en un trato directo con los trabajadores de Unicaja, el Consejo de Administración tomó la decisión de cerrar la sucursal y dejar sin servicio a miles de personas que han confiado durante muchos años en la citada caja de ahorros.
El primer edil, que respalda y apoya las protestas y la indignación de la ciudadanía, ha trasladado en muchas ocasiones la decepción a la dirección del banco, ante un hecho que le parece que no está a la altura del comportamiento del municipio con la entidad, a nivel de Caja de ahorros y por supuesto, la predisposición y las constantes ayudas para que la Colonia Infantil se convirtiera durante décadas en un referente social.
Aunque se va a mantener un sistema de cajero innovador con múltiples posibilidades en el que se podrá realizar todos los servicios necesarios, la población del núcleo de Manilva, con el apoyo incondicional del Equipo de Gobierno muestra su desacuerdo a que ya este mes, la sucursal cierre sus puertas.