La delegación municipal de Cultura del Ayuntamiento de Manilva ha logrado recuperar para el municipio una torre almenara del siglo XV mandada a construir por los Reyes Católicos y que hasta ahora permanecía oculta como parte de la fachada de una construcción más moderna.

Este hallazgo ha sido posible ya que se está ejecutando en la actualidad unas obras de remodelación del Camping La Chullera, cuyo propietario procedió a demoler el antiguo Cortijo de La Duquesa, en cuya fachada se hallaron restos que presuponían una importancia arqueológica. Por tal motivo, el propietario del recinto, Philip Trevol Morgan, se puso en contacto con la delegación municipal de Cultura desde donde se iniciaron los trámites para su catalogación.

                   

Según ha explicado el edil de Cultura, Diego José Jiménez, se trata de una edificación que mandaron construir los Reyes Católicos en 1497 para proteger a las poblaciones costeras ante los constantes daños que se producían como consecuencia del ataque de la piratería norteafricana.

En un primer momento, esta torre se denominó de Arroyos Dulces (nombre original del actual arroyo del Indiano), hasta que a mediados del siglo XVI tomó el nombre de Torre de La Duquesa.
En la actualidad sólo se conserva el primer cuerpo de la torre, de unos cinco metros de altura, que al ser macizo, ha podido ser la causa de que se haya conservado hasta nuestros días. Además, aún permanece el tejado de la construcción posterior, cuya demolición de forma totalmente artesanal comenzará en breve. La torre original, según el arqueólogo municipal César León, tendría como mínimo dos cuerpos por lo que su altura podría superar los 10 metros de altura.
Jiménez ha explicado que ya se han iniciado conversaciones con el propietario de la parcela para, en un principio, proceder a la restauración de la torre, y a medio plazo, crear los mecanismos necesarios para la puesta en valor de este hallazgo arqueológico y que pueda ser disfrutada por todos los vecinos de la localidad y visitantes.

Las últimas referencias documentales de la existencia de esta torre se remontan a finales del siglo XIX como punto de referencia para la navegación. Poco después quedaría embutida entre los muros del llamado Cortijo de la Duquesa, que más recientemente se convirtió en restaurante creado para dar servicios a las instalaciones del Camping Chullera III, sirviendo así, parte de sus muros, como apoyo a las paredes de la cocina, como se pudo comprobar en las catas murarias que se hicieron previas al derrumbe controlado reciente de estos muros parasitarios y de los que sólo faltan por eliminar la cubierta moderna que todavía remata a la torre original.

Esta ocultación entre muros de épocas posteriores hizo pensar a muchos investigadores que la torre había desaparecido, salvo una pequeña referencia introducida en Carta Arqueológica de Manilva redactada en 1988, en la que colaboró activamente el vecino de Manilva y entonces cronista local Marcos Vázquez, donde se incluía como parte de la fachada.
Cronológicamente esta torre se sitúa entre las otras dos existentes en el término municipal: la Torre Vieja del siglo XV, época Nazarí y la Torre Nueva de Chullera, del XVI en tiempos de Felipe II.

Hay que destacar en los materiales de construcción que utilizaron para construir la torre la existencia de un gran número de sillares de procedencia romana, esto se explicaría por la cercanía del yacimiento romano del Entorno del Castillo de la Duquesa, que facilitaría mucho el trabajo a los constructores de la misma a la hora de obtener las materias primas para su edificación. El entorno de esta edificación se ha protegido mientras culminan los estudios arqueológicos.

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