El proyecto de recuperación y puesta en valor del yacimiento romano del entorno del Castillo de La Duquesa de Manilva ha superado su primera fase. La empresa Aratispi Patrimonio, especializada en gestión del patrimonio histórico, ha realizado labores de limpieza, delimitación y ha levantado topográficamente planos con el estado actual del yacimiento, descubierto en los años 80.
El yacimiento, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), es un conjunto compuesto por necrópolis, villa, termas y factoría de salazón de pescado correspondiente a un periodo que va desde finales del siglo I d.C. a principios del V d.C.
El arqueólogo responsable de los trabajos, Miguel Vila, explica que el yacimiento ha sufrido el impacto del tiempo, la erosión y la vegetación, que lo han perjudicado. «Se han retirado muchas especies invasivas cuyas raíces estaban afectando a las estructuras, que han roto suelos y muros. Pero son patologías propias de yacimientos que se encuentran a la intemperie y cerca del mar», señala el técnico.
Tras la limpieza y topografía la empresa responsable ha concluido que el yacimiento se encuentra en mejor estado del que se esperaba.
Tras esta primera fase, el objetivo de este proyecto de recuperación del entorno del Castillo de la Duquesa es el de transformar este yacimiento en uno de los Parques Arqueológicos más importantes de la Costa del Sol.
Vila resalta la importancia de este conjunto por su gran volumen: al Este está situada la factoría de salazones, un conjunto industrial de gran tamaño, y al Oeste se ubican las termas monumentales que se conservan muy bien. Ambas se encuentran en parcelas privadas. En terreno municipal, al norte del Castillo, existe una villa con varias habitaciones, con un sistema de canalización de agua, con un pequeño fragmento de mosaico. El arqueólogo destaca que uno de los elementos más llamativos de este conjunto son cuatro aljibes de agua de casi dos metros de alto y canalizaciones que repartían el agua tanto hacia la factoría de salazones como hacia las termas. Con el paso de los años se produjo una superposición de estructuras. «Un uso ininterrumpido del espacio, con la reutilización de las estructuras entre el siglo I al V», apunta Vila.
El gran atractivo de este conjunto, una vez que se ponga en valor será, según el arqueólogo, poder contemplar en un mismo lugar la evolución y la historia desde la época romana hasta la edad moderna con el Castillo de La Duquesa. «Un castillo completo con su museo interior y en el exterior los restos romanos conservados perfectamente, dan un gran juego para la interpretación» concluye Vila.
Fuente: Diario Sur