El piloto, que al parecer fue sorprendido cuando iba a suministrar combustible a una narcolancha, embarrancó en la orilla y trató de huir a pie, aunque ha sido detenido. No, no es una escena de la película ‘El Niño’ o un documental sobre el narcotráfico en el Campo de Gibraltar. Es real y sucedió un día cualquiera, como hoy, en una playa de Manilva llena de bañistas. Un helicóptero de la Policía Nacional persiguió hasta la misma orilla a una embarcación que, al parecer, había sido sorprendida en aguas del Estrecho cuando se dirigía a suministrar combustible a una narcolancha cargada de hachís.
La presencia de las dos embarcaciones fue detectada a media tarde por los radares del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), que movilizaron medios marítimos y aéreos ante la posibilidad de que se tratara de un alijo. El helicóptero de la policía que estaba ayer de guardia para la zona del Estrecho, tripulado por agentes de Sevilla, se desplazó inmediatamente a la zona. Según las fuentes consultadas, la embarcación semirrígida que iba cargada con el hachís huyó hacia Marruecos, mientras que la otra lancha, bastante más pequeña y provista de un solo motor fueraborda, trató de escapar hacia la costa España.
A partir de ahí, comenzó una de tantas persecuciones a las que están acostumbrados los agentes que lidian con el narcotráfico, solo que con una particularidad: la playa a la que se dirigió la lancha, la de Sabinillas, estaba llena de bañistas. Y la escena fue grabada por decenas de móviles desde distintos ángulos. «¡Mira, mira el helicóptero!», exclamaba el autor de uno de los vídeos, quien acto seguido, al ver que la persecución empezaba a acercarse a su ubicación, le pregunta a su acompañante: «¿Nos vamos?».
Lejos de detenerse al tener al helicóptero encima, el piloto de la embarcación siguió navegando a toda velocidad en dirección a la costa. Finalmente, embarrancó la lancha en la orilla y, con la misma camiseta remangada que antes había usado para ocultar su rostro, continuó la huida a pie por la arena. «¡Corre, corre!», gritaban con sorna algunos bañistas.
El helicóptero trató de mantenerse sobre el fugitivo para seguir desde el aire su posición mientras informaba por radio a las unidades de a pie para interceptarlo. No dio tiempo, porque antes lo interceptó un bañista: un agente fuera de servicio que disfrutaba de un día de playa con su familia y que, al ver la escena, corrió tras el individuo. Según las fuentes consultadas, el detenido es un vecino de La Línea de la Concepción. Al parecer, en la lancha que abandonó en la orilla había una veintena de tanques de combustible.
Fuente: Diario Sur