En estos días, los cielos de Manilva se han convertido en el escenario de un espectáculo verdaderamente asombroso e inusual. Cientos de cigüeñas han tomado los tejados, dejando boquiabiertos a muchos de nuestros vecinos que las han estado observando desde sus ventanas. Este inusual acontecimiento ha suscitado un gran interés y expectación.
Este fenómeno se enmarca en uno de los eventos más impresionantes de la naturaleza: la migración de aves a través del estrecho de Gibraltar. Cada año, alrededor de 30 millones de aves de diversas especies emprenden este increíble viaje entre Europa y África. Lo hacen dos veces al año, una en primavera, de febrero a mayo, cuando se desplazan de sur a norte hacia sus áreas de cría, y otra en esta época del año, de julio a octubre, cuando regresan de Europa a África después del periodo de cría para pasar el invierno. Estas aves aprovechan las corrientes de aire caliente para facilitar su travesía.
En las horas de la tarde, cuando las corrientes térmicas disminuyen, las aves tienden a detenerse y esperar hasta la mañana siguiente para continuar su agotador viaje. Sin embargo, este año, las condiciones parecen haberse alineado de manera inusual. Las corrientes han llevado a que estos bandos de cigüeñas decidan pasar la noche en nuestra localidad, creando un espectáculo poco común que ha capturado la atención de todos.
El cielo se ha convertido en un verdadero lienzo, adornado por la majestuosidad de estas aves migratorias que se han adueñado de nuestros tejados. Es un recordatorio de la asombrosa belleza y complejidad de la naturaleza, que a menudo nos brinda sorpresas inesperadas.