Lo que a simple vista podría parecer un sencillo «trabajito» de medir y pintar rayas, se ha convertido en la Calle Mar del núcleo de Manilva en un evento de magnitud institucional sin precedentes con una misión casi imposible: el «replanteo» de aparcamientos, un término tan serio que requiere, a pie de obra, un comité de crisis de siete personas, 3 concejales, un cargo de confianza, el jefe de la Policía local y dos operarios de señalizaciones.
Con el objetivo de «armonizar la arteria principal del municipio» (y evitar que los coches se peleen con los peatones por el espacio existente), la zona ha sido tomada esta mañana por un equipo multidisciplinar cuyo despliegue ha sido, cuanto menos, llamativo.
El Triunvirato Político: El concejal de Infraestructura y Obras, Marcos Ruiz, el edil de Urbanismo, Juan Carlos Morejón, y la delegada de Embellecimiento, Pilar Zúñiga, parecen haber ejercido de «cerebro» del operativo. Se rumorea que sus debates sobre si el aparcamiento debe ser en batería o en espiga han generado más tensión que una final de fútbol.
El Alto Mando y la Logística: A su lado, el director de área, Alejandro Medina, asegurando que cada metro cuadrado cumpla con la legalidad urbanística vigente (y con el feng shui de Manilva).
El Factor Seguridad: Y por si el replanteo se ponía violento o algún metro se negaba a medir, el jefe de la Policía Local estaba presente, probablemente preguntándose si con esto dejaran los vecinos de llamar por teléfono por la falta de sensibilidad de algunos conductores..
Los Artistas del Trazo: Mientras tanto, dos sufridos operarios de señalizaciones, con el rodillo en mano, observaban el despliegue de tanto talento político e intelectual para marcar dos rayas. Seguramente pensaban: «Quillo esto podríamos haberlo hecho nosotros solos en media hora.»
La conclusión, tras horas de intensas deliberaciones y gesticulaciones que rivalizaban con una obra de teatro mudo, es que la Calle Mar tendrá, por fin, unos aparcamientos proyectados. El Ayuntamiento garantiza una «conciliación adecuada» entre conductores y peatones. O, dicho de otra forma, que ahora sabremos exactamente dónde está prohibido aparcar (ya otra cosa será que te pongan alguna multa).
Desde aquí, felicitamos al equipo por su «labor de campo» y por recordarnos que, en Manilva, hasta para dibujar una «P» de parking, ¡se necesita un dream team!










seguramente se adjudicarán unos cuantos miles de euros, cada remodelación cada ladrillo cada farola movida tiene un coste ( en manilva siempre inflado ) para pagar las comisiones del dream team por adjudicar el trabajo. luego no se extrañen cuando venga gente de fuera y diga que manilva está igual que hace 60 años… ya saben dónde está la bolita de tanto trilero.