Una vez recogida la cosecha, toca hacer balance y no todos los agricultores coinciden a la hora de valorar el resultado de la vendimia de 2009. Para Jacinto ha sido un año de pérdidas, como consecuencia de las altas temperaturas registradas durante el verano y los múltiples días de poniente que se han sucedido esta temporada. Aún así su valoración ha sido positiva, ya que, según apuntaba, ha podido recoger una cosecha con menos cantidad, pero más calidad.
Los vientos de poniente también han secado varias viñas de Rogelio Pascual, pero a su juicio, este año ha sido mejor que el anterior, incluso por lo que a la venta se refiere.
Para José Ocaña, la meteorología también ha sido determinante este año de vendimia. La falta de lluvias y las altas temperaturas han impedido obtener mejores resultados.
En cambio José Lisbona consideraba muy positivo el transcurso del verano, ya que, según manifestaba su uva ha podido aguantar el calor, gracias a las continuas lluvias registradas durante el invierno.
A su juicio el problema no ha llegado del cielo, sino de la crisis económica, que ha impedido que el producto se venda en los mercados a mejor precio.
La tradición de esta tierra en el cultivo de la viña le ha otorgado a la uva un prestigio que incluso sobrepasa nuestras fronteras. El fruto no solo se ha vendido en el municipio, también fuera de él.
Los consumidores todavía están a tiempo para degustar las últimas uvas de la temporada. Los agricultores por su parte han culminado su trabajo y miran al futuro ante el inicio de un nuevo ciclo de la viña.