Nikos Christodoulou, es uno de los tantos residentes griegos que desde el 2005 residen en Manilva y es en el día de hoy el protagonista en el diario El Confidencial, relatando la tragedia que está viviendo en las vacaciones que le ha tocado “disfrutar” muy cerca del incendio que está azotando Grecia desde hace una semana.
Se trasladó al sur para trabajar en Gibraltar y durante un tiempo estuvo viviendo cerca de la colonia británica por operatividad. “Aunque la familia creció y nos mudamos a Manilva (Málaga)”. Días atrás, como otros años, y junto a los suyos, decidió regresar a su país para pasar parte de las vacaciones al lado de sus padres y su hermana. Pero lo que debía ser un momento de felicidad y reencuentros se ha convertido en un infierno lleno de llamas, cenizas y destrucción. Porque Nikos está siendo testigo directo de la devastación que está provocando la oleada de incendios que está arrasando el territorio griego. Asegura vivir pendiente del teléfono móvil porque en cualquier momento puede recibir un mensaje del servicio 112 ordenándoles el desalojo. Se encuentra en estos momentos junto a su familia en la zona de Malakasa y, aunque las llamas no parecen amenazar todavía este territorio, están lo suficientemente cerca como para que un golpe de viento cambie la situación.
“Hemos cargado en el coche todo lo que podemos salvar”, explica a El Confidencial mientras los aviones de extinción de incendios sobrevuelan su cabeza y descienden en formación para recargar agua. Uno, dos, tres y hasta cuatro seguidos. “Nos han dicho que está controlado, pero no me fío. Porque zonas que ahora están destruidas también estaban a salvo horas antes. En cualquier momento se descontrola la situación”. Nikos explica que revisan constantemente la dirección y fuerza del viento, porque cualquier modificación puede acelerar la evacuación. “La tarde de este viernes o mañana sábado podrían llegar las llamas”, cuenta mientras se desplaza en su coche buscando una ruta segura hacia Atenas para desplazarse con su familia. “Hoy —este viernes— va a ser un día muy largo”, asegura mientras pasa por una población en la que “la gente está inquieta porque los árboles se mueven mucho”. “Los vecinos están preparados para salir huyendo en cualquier momento, porque si el fuego llega hasta aquí, será imparable. No lo van a poder detener con el agua que tienen en su casa”, cuenta minutos antes de confirmar que se están sucediendo apagones de luz que podrían dificultar las labores de extinción porque inutilizarían los motores del agua de las viviendas.
Nubes de humo y apagones
Este malagueño de adopción apunta que se han contabilizado 150 incendios, aunque los más grandes son los que están afectando a Varibobi y la isla de Euboea, un hermoso espacio natural, “todo verde”, que “ha ardido de lado a lado”. Christodoulou explica que su familia ha regresado a España, pero él ha decidido quedarse junto a sus padres y su hermana “para ayudarles”. Las comunicaciones aéreas, de momento, no se están viendo afectadas, pero las nubes de humo y ceniza están causando problemas en grandes urbes, como Atenas, y en pequeñas poblaciones, cuyos habitantes “han recibido mensajes en los que se les recomienda cerrar las ventanas y tapar las chimeneas para que no se cuelen en las casas pavesas que puedan causar incendios en las casas”.
“Durante cuatro días, Atenas ha estado atrapada en una nube de humo, que se ha unido a la tremenda ola de calor que se está registrando”, señala, para agregar que las carreteras están desiertas y que las entradas a la ciudad parecen estar cortadas”. “Me tuve que dar la vuelta porque no podía llegar, así que lo estoy volviendo a intentar”, cuenta, al mismo tiempo que capta con su teléfono cómo las columnas de humo se alzan sobre los montes arbolados que tiene a su lado. “Creo que será la última vez que vea este bosque”, comenta con cierta nostalgia, antes de trasladar los últimos datos. “Nueve aviones operan encima de nosotros sin parar. Atenas sufre ahora cortes de luz programados para evitar el ‘blackout’ total, ya que se han quemado líneas de alto voltaje de la zona norte”. Nikos contacta horas después para contar que “están evacuando en barcos a gente que está en la isla de Euboea”. “Todos los fuegos se están propagando sin parar. Si hay novedades, te vuelvo a escribir. Espero que tengamos suerte”, se despide.