Cabe recordar que, gracias a las gestiones llevadas a cabo por el ex edil de Cultura, Francisco Miguel Álvarez, este recinto, estaba llamado a convertirse en un importante espacio cultural, y sede de numerosas asociaciones.
Legalmente, además, ya el contrato de compraventa suscrito entre ayuntamiento y sus anteriores propietarios, estipulaba la imposibilidad de demoler el edificio, dadas las características históricas del edificio, y que debían conservarse.
Alertados por los vecinos, los ediles del Partido Popular y P.S.O.E., se personaron en las inmediaciones, para impedir el trabajo de las máquinas. De otra parte, tanto la alcaldesa, como el edil de Obras, Mario Jiménez, ambos de Izquierda Unida, mostraron unas formas dictatoriales y amenazantes, más propias de otras épocas, incluido aviso a la guardia civil, pidiendo que cargaran contra los allí congregados.
Ante este nuevo ataque a un bien cultural, Francisco Miguel Álvarez, se puso en contacto con la concejala de Cultura, Yolanda Holgado, que permanecía ignorante y totalmente al margen del atentado que se estaba perpetrando contra el patrimonio histórico. Holgado, en un alarde de responsabilidad política con sus vecinos, mandó que las máquinas, propiedad de un familiar de la alcaldesa, se retirasen.
Esta no es la primera vez que Antonia Muñoz ataca de forma irresponsable contra elementos y bienes culturales del municipio, siendo muy problemáticas sus actuaciones en el parque arqueológico del Castillo, o permitiendo la construcción sobre ruinas romanas en las inmediaciones del Castillo de la Duquesa, entre otras.