Si bien, el acto en sí no deja de ser un acto que más de uno tildaría de una locura, todo ello tendría su comprensión si nos atenemos a las especiales circunstancias que rodean la historia que circunda sobre la protagonista.
La trabajadora, Lidia Maldonado Yuste, formaba parte del grupo político IU, partido que pasó al poder en el consistorio Manilveño en el 2007. Dicho hecho, provocó que nuestra protagonista consiguiera un puesto de trabajo, al igual que tantos otros componentes de la lista política.
Posteriormente, Lidia Maldonado se opuso internamente a la forma de proceder de IU, dejó la militancia y, junto con otros ciudadanos del pueblo, refundó el Partido Andalucista de Manilva en septiembre de 2008. Dicha situación, al igual que la actividad política de la trabajadora, ocasionó que la misma fuese despedida el 15 de diciembre de 2008. Acto tras el cual se interpuso la consecuente demanda por despido improcedente, incoados bajo la dirección letrada de los abogados D Ildefonso Ortega Moreno y D Pascual Javier Molina Baez, en virtud de la cual se obtuvo sentencia favorable el 8 de mayo de 2009, otorgándole la opción de reincorporarse a su antiguo puesto de trabajo u optar por la indemnización. La sentencia fue recurrida en súplica (terminología usada para este tipo de recursos), siendo desestimada la misma en virtud de sentencia de 27 de mayo de 2010. Concluyendo la historia con el acto de renuncia que ya conocemos.
No obstante, lo que hace más llamativa esta historia, es que en la misma sentencia, se reconoce como hechos probados que la trabajadora logró su puesto de trabajo de forma irregular, sin superar prueba selectiva alguna, produciendo una vulneración de principios constitucionales de acceso al empleo público, tal y como se desprende del apartado tercero de los fundamentos jurídicos de la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Sala de lo Social.
Por todo ello, la protagonista de la historia no sólo ha renunciado a un puesto de trabajo estable, sino que denuncia que como ella, existen más casos, clamando a las autoridades que hagan algo para poner fin a toda esta injusticia que, como en Manilva, se prodigan por multitud de Ayuntamientos.
Cuanto ha cobrado de indemnizacion, eso no lo dice, seguro que ha cobrado,