María Ledesma Ortiz (Molina). Ganadera.
“De la gente de campo hay mucho que aprender”
Estas navidades, nos han dislocado. La casuística de las fechas clave, nos han hecho trabajar dos días y cerrar otros dos en varias ocasiones. No es que los empresarios no tengamos espíritu navideño. Tan solo es que estamos educados en la constancia. Que remedio.
Esto me recuerda a la transición, donde todas las aguas y las expectativas, confluían tarde o temprano en el río de la democracia y la normalización.
Como aquella Reforma Agraria, que no es que no se hiciera, sino simplemente, que de modo natural, se fue inculcando cuando aquellos que más poseían tuvieron que atenerse a los nuevos convenios y a la obligación de salir de la capital y hacerse cargo responsable de sus tierras y cosechas. Los que no lo hicieron, sucumbieron en favor de los pequeños propietarios y los jornaleros, que hoy regentan sus pequeñas explotaciones y las defienden como solo la gente del campo sabe hacer.
“No te fíes ni de tu familia”, me dijo una vez mi apoderado cuando en la época en que trabajaba yo en la banca me tocaba ya decidir. “bueno, de la gente del campo, si, porque esos se quedan sin comer antes que dejar de pagar”. No se equivocó.
Llegamos a final de Enero y con los bolsillos vacíos. Los reyes magos han vuelto a sus tronos, San José a su carpintería, pero .. y los pastores? Quien se acordará de nuestros pastores?
María Ledesma Ortiz (Casares, 1944), 64 años, viuda de Antonio García Castillo “Molina” (Manilva 1940-1997). Madre de María Teresa, María de los Ángeles, Rafael y Antonio Jesús. Abuela de seis nietos. Ganadera hoy, carnicera ayer. Ayudando en las labores del campo desde niña. Empresaria del mes de Febrero, por derecho.
Buenas tardes, María, que me cuenta usted ?
Te gustan los chicharrones? (me quedo con cara de guiri). No sabes lo que son los chicharrones? (son las 7 de la tarde y nos acaba de poner un café mientras su hija María Teresa nos enseña una espléndida fuente de chicharrones en manteca, pero mejor me contengo).
Bueno yo era antes carnicera y ahora soy ganadera y ama de casa.
Tengo cabras, gallinas, cerdos, conejos, gansos, pavos….
Desde muy pequeña ayudaba a mis padres en el campo. Ellos tenían un cortijo en Casares, en el Rancho de los molinos y toda clase de ganado.
Antes había muchas familias que vivían del campo. Yo les ayudaba entre otras cosas porque a mí me gustan los animales. Aunque es muy duro. Como con ocho años, que salía desde el cortijo de el molino, el del río Manilva. Me montaba mi padre en una burra, con 4 cantaras de 50 litros cada una y allá que iba para Casares sola. Al llegar, la gente cuando me veía, me descargaban cantaras de la burra, porque yo no podía. No había ni botas de agua, ni impermeables. Solo con un saco por encima de los hombros y hasta lloviendo. Pero había que ordeñar las cabras y subirlas antes del almuerzo.
Luego me casé y me vine con mi marido a vivir de prestado a la calle Jimena. Pusimos carnicería. En el mercado. Mi marido además de la carnicería, compraba chivos y yo le ayudaba, me tenía que ir con él o a veces me tenía que ir sola.
Cuando él estaba enfermo, no quería deshacerse de las cabras. Teníamos unas 100 cabras por la Sierra de la Utrera. Prefería que mi hija le diera la comida y yo fuera a cuidar las cabras. Me tiré 7 u 8 meses así cuidando las cabras. Cuando falleció, yo no quería vender las cabras, y al final me deshice de ellas menos de dos. Dos cabras, que hoy en día van por 40 cabras. Y las 40 las tengo en una parcela aquí debajo de unas 3has.(se cumplió la voluntad de Antonio)
Las conservo gracias también a mi consuegro, José Ruiz. Es mayor, pero le gustan los animales. Ha estado toda su vida cuidando el ganado. El saca las cabras por todas partes sin problemas porque es un hombre muy responsable.
Antonio con su cabra guía
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Antonio en la sierra de la Utrera
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Y que obtiene con las cabras? Las vende para carne?
Yo tengo cabras que ya mismo son mas viejas que yo. No se me mueren y ni las vendo. Las cuido y las curo. Es increíble porque a nadie le dura una cabra más de 4 años. No me dan nada por ellas, pero aunque me lo dieran, se quedan conmigo, vamos, que no las vendo, como la Loli que ya tiene 15 años (le tiene puesto nombre a todas, la Loli, la Madroña, la Arropa, la Mora madre, la Mora hija…).
La leche se la está llevando ahora una cooperativa. Forlasa. Ya no se puede vender en las casas directamente. Con esa leche hacen quesos, yogures, mantecas,…antiguamente mis padres lo hacían ellos.
Ordeñamos las cabras dos veces al día. A las 9 de la mañana y a las 5 de la tarde. Lo hacemos dos veces porque al hacer tanto frío y no tener a sus crías que se las retiramos al mes de nacer, necesitan cariño para que den buena leche, por eso lo hacemos en dos veces para que noten ese cariño. Cuanto mas cariño les das, más leche te dan ellas.
Los chivitos se los llevan. Los vendemos.
¿Se pagan bien los chivos?
Pues para que te voy a contar. Ahora la cosa está muy mal. Ahora no se venden. No tienen salida. Está entrando mucha carne de fuera. (grandes superficies en Manilva, están vendiendo chivo y cordero de Nueva Zelanda). De aquí se lo llevan en todo caso para Barcelona y Madrid. Vienen mayoristas pero te lo pagan según ellos dicen está en el mercado. Hace dos años nos lo pagaban a 6 euros el kilo, y ahora con lo que ha subido la vida, lo pagan a 4 euros. Pero si una cabra come cereales, paja y del sembrado, que hay que contratar un tractor, sembrar, abonar y esperar a que salga, y luego la carne a 4 euros y el litro de leche a 0.40cts el litro. (La globalización no tiene límites. La tendencia es de crecimiento para las grandes empresas y desaparición de las pequeñas explotaciones).
Hoy en día, tiene que ser que al dueño le gusten los animales. Mirar más por el animal y no tanto por el dinero. Hoy en día, cuando un animal está enfermo o no es rentable, se le abandona, y eso no se debe de hacer. Yo las alimento, las cuido, las curo.
Hay gente que ya no les da productos los animales y los dejan morir. Yo no. Yo los cuido.
Pero ¿el ganado caprino tiene ayudas, no?
Mis cabras no tienen subvención porque la Junta de Andalucía ayuda a las cabañas grandes, pero no a los pequeños y cuarenta son pocas. Las ayudas se quedan en las grandes empresas. Yo dedico la mitad de mi pensión de viudedad (la mitad de 400 euros) a alimento para mis animales. No me han dado ni una ayuda para un corral. El que tengo es con chapas que me han dado. Porque a mí lo que me da miedo es robar y matar, pero pedir para mis animales, no. (se sonríe).
En realidad, yo le tengo que poner dinero. Mis hijos saben que esto no es rentable, y me lo dicen.
Yo lo sé, pero me quedé viuda y me agarré a mis animales, pero ahora que no es rentable, yo pienso que ellos me han dado mucho cariño y que los animales son muy agradecidos.
Cuando un animal está enfermo, nada más que le hables, te abre los ojos pidiéndote que le ayudes. O si están para parir como la otra noche que fui a la 10 de la noche con una linterna abajo al campo, que una cabra no podía parir y nada más llegar la cabra al verme se puso de pié y conseguí que sacara dos chivos.
El otro día me trajo un muchacho una cabra. Ahí en el patio está una cabra que tenía un lubanito (un tumor) y cogí yo y la operé. Tenía casi un kilo el tumor, y ahí la tienes. Yo opero un perro, yo opero un gato, yo si hay una gallina enferma yo le hago lo que haga falta.
Alguna vez me ha dicho el veterinario que no se podía hacer nada con cabras que no podían parir. Yo me he encarado con ellos y las he hecho parir y luego las he curado y han seguido viviendo.
Pero ¿usted cura a sus animales?
A mi lo único que me ha faltado en la vida es tener unos estudios que no me lo pudieron dar mis padres y ser veterinaria. He hecho cosas que los veterinarios no han sabido hacer. (la hija mete en el salón una caja con una mantita a modo de cuna. Dentro hay un cabrito de unos meses y que le toca biberón). Este tiene invalidez de las dos manos de adelante. Me la trajeron con un día. Nacer de la madre. Pero tiene una invalidez que no tiene solución. Se llama Nico. Entonces que le espera? Pues tenerla aquí, alimentarla y cuidarla. (“ella salva los animales, porque es que le gusta”, añade la hija). Esa es la vida mía que yo tengo, pero vamos que la llevo yo muy a gusto. Números no le he echado, pero si que te puedo decir que mis animales comen antes que yo. El día que salvo a un animal, esa noche duermo feliz. El día que no puedo, ese día vengo amargada y triste del campo.
Ha venido gente a traerme sus cabras, con tres días de parto. Con el chivo ya muerto y me ha tocado curarlas. Pero me irrito mucho por el estado en que me las traen. Y los animales , a veces, te dan mas cariño que las personas. Los tienes que querer y los tienes que comprender. Si no los quieres, no los puedes comprender.
Es duro esto de vivir del ganado. Hay que tener mucha vocación.
Ya ves. A mis hijos esto no les gusta. Bueno, mi yerno Francisco si que me ayuda. Es muy bueno y me echa una mano.
Si yo tuviera dinero y treinta años menos, me compraría un cortijo y un LandRover. Hay gente que le hace ilusión irse a Palma de Mallorca. Pero para mí la ilusión es tener mis animales y recrearme en ellos.
Tengo también 200 gallinas. Los huevos los vende mi hija Ángeles en su tienda en el Secadero. Mis hijos saben de carnicería todos.
Cuénteme algo de aquí, de Manilva.
Yo vine con 24 años. Vivía de prestado en la calle Jimena.
Tuve que tener dos pares de pantalones. Me quedé embarazada antes de casarme. Eso antes era un desprestigio para la familia (bueno, yo esto si le parece, no lo anoto). Porque? Si a mí no me importa. Yo creo que hoy en día hay cosas más malas que te puede venir de un hijo que venir con una barriga. Pero yo a mi hija la crié y aquí está y nunca me he arrepentido. Y he luchado mucho. Sin ninguna casa donde vivir, sin nada, sin ninguna persona alrededor que te echara una mano, hijo. Todo empezó de la nada. Embarazada con ocho meses y pico, ayudando a mí marido a hacer los cimientos de esta casa que ves. Esto era todo campo, solo estaba el chalet de Zacarías y un par de casa más. Mi marido cavaba la tierra y yo la sacaba. A pico y pala. Lo de arriba fue mas adelante que yo me empeñe…. y hoy en día una mujer se queda embarazada y parece que no puede hacer nada.
María (dcha.) paseando por Casares
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La carnicería del Mercado de Manilva
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Matábamos cochinos y ayudando siempre a todo. Estábamos todo el día trabajando. Matábamos por la tarde y acabábamos a las 2 de las mañana haciendo morcilla. Pero a las ocho de la mañana había que ir a venderla al mercado.
Llegaba la navidad y comprábamos 40 pavos de granja. Y yo lo que hacía es que cogía una caña y los sacaba a pasear por la carretera, para que los camioneros que pasaran se pensaran que eran de campo y criados aquí y así me los compraban (La necesidad obligaba, pero nos tenemos que reír ante este detalle de marketing e ingenio. Que no se entere nadie ).
La vida de antes no es la de hoy, se ganaba dinero pero se trabaja mucho, pero mucho.
Y ¿como le ha afectado la crisis además de lo que nos ha contado ya?
A mi me compraban de fuera, pero sobre todo vecinos de aquí. Pero ahora es que no se vende nada. Y no por la crisis, sino porque ahora la gente dice que no quiere engordar. Te compran la mortadela en el supermercado con todo lo que lleva y que a las dos horas parece que nos has comido y vuelves a comer pero rechazan las carnes frescas y sin aditivos que sí te sacian. (Antes se comía mas carne fresca y la gente estaba delgada. Ahora todo el mundo tiene problemas con el sobrepeso. Los hábitos alimenticios, nos han traicionado).
Hablemos de la gente del campo.
Ahora la gente tiene ordenador, cosa que yo respeto, y se creen mas inteligentes, pero la gente antigua tenían más sabiduría.
El que esté detrás de una mesa, también tiene sus sacrificios, pero la persona que tiene un campo, tiene un trabajo muy duro. Llega una mala racha o falta de lluvia y esa cosecha se ha perdido después de todo el trabajo. Ese es el campo y esas son las criaturas que viven del campo.
Y el que no trabaje del campo, no debe de mirar a estos por encima del hombro.
Si yo tuviera poder en este país, ayudaría mucho a la gente del campo. Hay veces que la gente del campo se ven muy mal. No tienen ayuda de nadie. Y es muy triste. Yo ya estoy mayor, pero es triste que tengan tantos días de lucha, de frío, de noches malas, de madrugadas, y que cada vez van peor.
¿Que me cuenta del crecimiento urbanístico en Manilva?
Está muy bien que esté creciendo, pero está creciendo a lo burro. No está creciendo bonito. No se ha pensado nunca en como crecer. Y Manilva es bonito. Muy bonito y se podría recuperar. Yo haría más jardines, parques, arboleda que traiga vida. Los árboles son vida y los parques, alegría.
Un crecimiento que ponga a Manilva como tiene que estar. Ordenada. Y esto viene desde hace muchos años. No hay una entrada bonita. Crece por todos lados. Sin calles anchas. Luego somos muy descuidados. Destrozamos plantas y árboles.
El problema es que aquí se ha perdido mucho respeto. No se respeta a los demás. A las personas, a los mayores, a las plantas.
Yo antes tenía mi casa abierta hasta la una o las dos de la noche, pero ahora voy a tirar la basura y tengo que cerrar la puerta. Eso es muy triste.
Yo nunca le he hecho daño a nadie. Me acuesto muy tranquila. Pero aquí ya es hora de que se gobierne más duro. Si hay que multar, se multa. Que han roto un árbol, que lo pague. Que si te matan animal, igual. Para todo el mundo igual. Pero ahora no cuesta dinero perder el respeto.
Y en el campo. Hay mucha tierra buena. Toda es buena si tú la trabajas. Antes se trabajaba con “azoleta” y a nadie le pasaba nada, ahora hay mucha maquinaria y el campo está abandonado. Ahora la fruta la tienen que traer de fuera. La juventud no sabe lo que es paja, ni trigo, ni parva, ni lo que es trillar, ni nada. Andalucía, no será grande en industria, pero sí en riqueza agrícola y natural. No nos falta nada. Aunque digan que los andaluces hablan malamente, no es que hablen mal, es que hablan con la voz alta y dicen lo que piensan. No nos falta de nada.
Que lástima que no se le haya ayudado a la gente del campo. Y que se hayan abandonado los cortijos. Que pena, si antes parecían pueblos. Hoy solo hay perros, bichos montunos y vacas bravas.
Las coladas se han perdido. Donde está el paso de ganado de Manilva?. Se ha perdido, ahora es una carretera para camiones. Ciudadanos, ayuntamientos y gobierno se las comen. A nosotros nos quitaron 750 mts2 los de la autovía (el camino de Jimena). Sin pedirnos permiso. Donde el peaje y nos dejaron la finca sin entrada.
Aun recuerdo a mi padre decirme que al arroyo no se le echa nada. Los arroyos son respetados, para que cuando venga una tormenta, no se haga balsa y se lleve la tierra. Ahora no, si quitas rastrojos, se echa al arroyo, si quitas un árbol, lo tiras al arroyo. Ya nadie cuida los arroyos. Antes estaba todo limpio y ahora hay mucha suciedad. El campo está abandonado.
Una pregunta indiscreta para variar. ¿Que dicen los vecinos del gallo?
Ningún problema. Estoy feliz con mis vecinos porque tengo unos vecinos buenísimos. Lo digo con categoría, tanto los de Manilva como los del campo. Y algún chivo que otro he tenido berreando. Jamás en la vida se me han quejado.
Mas malo es tener una cantera escuchándola por la noche trabajando y tragándote el polvo! Eso si que es malo y nos lo hemos tragado (dice mientras señala una lámpara que tiene que limpiar día sí, día no, del polvo de la cantera. Tema escabroso y del que nuestra protagonista tiene ideas claras al que hago inciso al final)
Yo lo que suelo pedir, es algunas fotos. A ver si tuviera alguna de su marido.
Yo tengo 40 fotos de mi marido. Con las cabras. Pero..lo que es que…(Teresa se levanta a buscar el álbum familiar)…y está con las cabras, y ordeñando, y en el corral, pero es que coger yo ya eso, es decir llorar. Comprendes?. Me voy a poner triste (la hija va abriendo el álbum y me las muestra y mi acompañante intenta distraer a María. Disimuladamente, voy escogiendo algunas). Bueno, pues yo lo que creo, es que cuando yo ya me vaya de esta vida….
Hemos quedado de nuevo este Domingo. Se nos ha ido la luz y no hemos podido bajar al campo a ver su explotación y fotografiarla. No hacerlo, representaría un desagravio para esta mujer, que nos ha ido describiendo el campo, sus labores y su gente como nadie ha podido hacerlo. Las palabras que ha dedicado a sus animales, nos han impresionado unas veces y confundido otras, pues nunca hemos conocido a nadie que derroche tanto amor y cariño por ellos.
El cabrito, se ha quedado dormido en su cajita. Y su tierna imagen combina con la dureza del trabajo de esta ganadera. Hay un tiempo para la ternura y otro para la amargura. Qué si no, sería esta vida.
“De la gente de campo hay mucho que aprender”, nos dice al final. Ahí queda la frase para quien la quiera digerir, admitir o despreciar.
Ya lo escribió otro cabrero llamado Miguel Hernández: “Por una senda van los hortelanos,
que es la sagrada hora del regreso, con la sangre injuriada por el peso, de inviernos, primaveras y veranos.
Y lo cantó un flamenco apodado “el cabrero”: Atardeceres de frío, amaneceres de acero, mi infancia fue una ilusión, si la tuve no me acuerdo / Por eso a veces me paro, a jugar con lo que encuentro, a piola con el alma, al esconder con el tiempo / Y cuando el tiempo me gane, ya cansado y para viejo, jugaré a pastor de nubes, y de zagal pondré al viento.
Nota para el Presidente de la Junta de Andalucía:
Cuando se cumplen casi dos años en que a Cayetana de Alba, veinte veces grande de España, propietaria de 34.000 has de tierras, más de 300 mm de ptas en subvenciones al desarrollo agrícola todos los años y 17 fincas y cortijos en tan solo la provincia de Córdoba, se le concedía la medalla y el reconocimiento como hija predilecta de Andalucía por parte del gobierno andaluz, idiosincrático dentro de este laberinto español, y bajo los méritos de representar esta duquesa, a nuestras tradiciones y costumbres (mas quisiéramos algunos vivir de esa manera), nosotros queremos proponer a nuestra empresaria del mes, como candidata a la medalla del mérito al trabajo, por:
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Tener el respeto y el amor de su pueblo
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Representar a la mujer andaluza y trabajadora
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Trabajar duramente sin conocer el descanso
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Representar a nuestra gente del campo, agricultores y jornaleros, ganaderos y cabreros.
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Ser madre, abuela y esposa ejemplar.
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Representar las costumbres y tradiciones del pueblo andaluz.
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Defender a ultranza nuestro patrimonio natural y cultural.
Tenga a bien, señor presidente de la junta de Andalucía, elevar y defender a esta candidata manilveña.
La leche de cabra constituye una alternativa a la leche de vaca muy beneficiosa en ciertos aspectos en la alimentación humana, sobre todo en los niños
Entre los beneficios de la leche de cabra para las personas se destacan: la disminución del colesterol, previene la osteoporosis, el cáncer, posee una digestibilidad alta.
La misma se puede utilizar para la elaboración de yogurt, quesos de pasta suave y dura, cajetas, confites y dulces de leche, entre otros
Agradecimientos:
A Teresa García, su hija mayor, que nos ha acompañado en toda la entrevista.
A Juan León Martín, que me habló de María, me la presentó y me condujo en todo momento.
Nota Cantera:
María, fue, es y será una persona entre tantas, comprometida con el entorno natural de Manilva y así lo manifestó en las movilizaciones vecinales contra la explotación y tránsito de la cantera. Razones no le faltan. Valor, tampoco. No se arrepiente de nada en esta vida y destaca la unión de los vecinos de Manilva en aquellas fechas, algo que fue muy positivo, al menos en ese aspecto.
También me comentó acerca de la dureza de las fuerzas del órden, animales que abortaban. Virgen escantillada, virgen encarcelada. Ganado que corre tras el ruido de los barrenos, paraíso hecho dinero, viejos pastores en pié de guerra, mas guardias que personas, un pueblo unido, pájaros que ya no volverán, parapeto natural contra el viento hecho grano, muchas ganas de llorar y pocas de volver al sitio que años atrás visitaba para encontrar la paz.
El empresario del mes, es abierto y libre pero apolítico y con carácter divulgativo y conciliador, y no sé si me equivoco, pero he preferido no ampliar esta parte de la conversación, por lo controvertido de la historia, si bien cuento con el permiso de ella para publicarlo.
Me ha parecido bueno hacer este inciso a modo de aclaración