La Colonia Infanil de Sabinillas

Por los años 1950 se procede a comprar, por parte de la Caja de Ahorros de Ronda, una finca de aproximadamente 100.000 m2 de cañaveral situada en San Luis de Sabinillas del Término municipal de Manilva y convertirla en lugar de vacaciones veraniegas para niños.
                                                       
Aprovechando el chalet de los antiguos propietarios y una alberca donde se ponía en remojo la caña de azúcar, vienen los primeros 50 niños de la Serrania de Ronda y pasan 15 días junto al mar.

Año a año se construyen pabellones, dormitorios, comedores, salón de actos, y otras zonas para jugar.

Un grupo de Salesianos y monjas de la congregación de San José de la Montaña inician aquellos primeros años. Organizan campeonatos y juegos, celebran actos religiosos, proyectan cine y sobre todo programan actividades en torno al mar.

La vacaciones eran gratuitas, solo se necesitaba un requisito: ''tener una cartilla de ahorro en la entidad'' y así cada 15 días y en autobuses propiedad de la Caja, llegaban hasta la colonia alrededor de 150 coloniales durante los dos meses de verano.

Hacia los años 70 la politica de captación de niños cambia. La propaganda es mayor. Las rutas de Jaén, la Mancha y Madrid envían un gran numero de niños y el abanico de edades se amplia llegándose a alcanzar hasta un numero de 700 por cada turno.

Los Salesianos y las monjas dejan las colonias y un grupo de monitores, la mayoría profesores, se hacen cargo de ellas implantando una nueva línea de trabajo.

Los niños y niñas conviven y comparten juegos, baños, comedores y solo en dormitorios habrá separación de sexos.
                                                                       
A partir se estos años los niños aportan una cantidad de dinero y deja de ser gratuito este periodo vacacional.

En la actualidad y por primera vez Unicaja programa cinco turnos de doce días. Han quedado pues atrás los cuatro famosos turnos de quince.

Se han admitido en torno a los 625 niños por turno y seguimos sin poder satisfacer a otro gran numero de ellos que están en lista de espera.

Un total de 80 monitores hacen posible que la programación diaria se lleve acabo. Hacen posible que se cumplan los dos objetivos fundamentales que nos proponemos: El primero es puramente lúdico y quiere satisfacer las necesidades de diversión y disfrute de los niños. El segundo tiene un aspecto formativo y se dirige a la necesidad que tiene el niño de compartir con otros una experiencia distinta a lo habitual.

Tres tipos de monitores conviven con los niños y realizan labores diferentes:
Monitores de ocio, que cuidan al niño en el dormitorio y se encargan de la higiene, el orden de los enseres, cuestiones de salud, contacto con padres, administran el dinero y otras cuestiones relacionadas con la intimidad del niños.

Los monitores de actividades trabajan durante el día y llevan a cabo el programa de actividades, control de baños, comedores , tiempos de ocio, etc.

Los monitores de talleres son especialistas que desarrollan los objetivos programados en cada uno de los tres grandes talleres existentes: Baloncesto, Creatividad y Música Danza y Teatro.

Paralelamente desarrollan su trabaja el servicio medico durante 24 horas, los bañistas, hombres del mar que controlan la playa, el personal de cocina, limpieza, jardinería, mantenimiento, seguridad y administrativos.

Los niños están distribuidos por edades en dos grandes zonas. En la zona alta se ubican los los coloniales de 11 a 13 años repartidos en dormitorios con una media de 45 niños/as. En la zona baja conviven los más pequeños de edades compredias entre los 8 y 12 años.

En torno a las zonas funcionan otras distribuciones: los talleres, baño, comedores veladas y el plan de actividades evitándose así grandes aglomeraciones.

Cada niño elige voluntariamente un taller, de forma que, cada mañana trabaja una hora en él y por la tarde, cada día, disfruta de una actividad diferente (patines, bicicleta, rocódromo, periódico, sala de juegos, competiciones interdormitorios, aire libre y juegos de ciudad).

El horario a desarrollar es intenso pretendiéndose con él que el niño este en continua actividad sin tiempo para aburrirse.

El día de llegada es intrigante para muchos. Los padres son informados de aquellos asuntos relacionados con la organización general, fechas puntuales, asuntos médicos… . finalizada la rueda informativa se inicia el proceso organizativo de la casa.

Llega el día de visita (el Domingo). El niño espera impaciente a sus padres y tras la misa voluntaria y el desayuno comienza la salida no antes de haber hecho los tramites oportunos.

En cada turno se celebra una jornada de puertas abiertas, es el día de de feria. Un grupo de monitores disfrazados de payasos despiertan, al son de guitarras, acordeón y cohetes, a todos los niños. Con la lluvia de caramelos y la gran ginkana se cubre el horario de la mañana.
              
A partir de las 6,30 horas, la carreta de feria con un gran cortejo de niños y padres se dirige al campo de césped para participar de las diferentes atracciones. La merienda-cena y el entorno natural se contrastan en una estampa de lo más bucólica e inolvidable para muchos.

Por fin llega la clausura. Es el día de la medallas, los diplomas, las exhibiciones, las muestras de los trabajos realizados. Se respira durante todo el día el aire contrastado del adiós a la colonia y el reencuentro con el entorno familiar.

Los chicos y chicas buscan las últimas direcciones y autógrafos de amigos y monitores.

Tras la gran velada y las palabras de clausura los niños se despiden. El momento es extremadamente emocionante. Las lágrimas en algunos no se contienen.

A la mañana siguiente parten los que viajan en autobús. Han transcurrido en un abrir y cerrar de ojos doce maravillosos días que algunos por la edad no podrán repetir aquí. Otros, un 60%, esperan volver a encontrarse de nuevo a sus amigos y amigas en este paraiso.

Ha de pasar otro año.

De esta manera la Obra Social de Unicaja, cumple con uno de sus objetivos sociales más querido, en una obra emblemática e históricamente reconocida durante 55 años de existencia: La Colonia Infantil de Sabinillas, la primera de Andalucía.

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